23 noviembre 2008

Historia de Diciembre: Facebook

No es fácil pensar de forma rápida dónde cómo y por qué no encontraba en modo alguno mi agenda.

Siempre la dejo en el mueble que queda a la izquierda, en la entrada de mi casa.

La verdad es que siempre pasa lo mismo. Uno intenta ser disciplinado con sus cosas y, lo cierto es que, cuanto mas falta te hace encontrar lo que sea, más difícil se te pone,… no lo encuentras, la mente la tienes en blanco y no te razona y la sensación de vacío en el estómago y el pensar que con mas edad sufrirás Alzheimer es algo que se distribuye desde la cabeza a todo el cuerpo hasta dejarlo absolutamente debilitado.

No lo entiendo. Seguro que lo dejé en la misma entrada, en el mueble de siempre, en la parte izquierda, donde ni mi hijo ni mi mujer usan en modo alguno.

Nos hemos acostumbrado que ese lado es el mío.

Donde carámbanos he dejado mi agenda,…

Sigo pensando que estoy condenado a males mayores y que esto es solo el principio…

Bien, he llegado en el coche,… he recogido las cosas del asiento del acompañante,… (seguro?),… Bueno, pues me vuelvo al garaje.

Salgo de casa, doy la vuelta a la calle, donde aparco el coche. Pongo mi mano en el bolsillo y,… y…, vaya me he dejado las llaves en casa.

Hala, de vuelta a casa… y claro, me he dejado las llaves por lo que no puedo entrar en casa.

Realmente es aquello que tiene de inhumano el conglomerado de situaciones ridículas que se concatenan para hacerte perder los nervios. Y hoy es miércoles. Mi mujer de compras y mi hijo tiene un cursillo de no-se-qué y no volverá hasta dentro de una hora.

Bien, pues perfecto. En la calle, sin llaves no puedo entrar en casa ni en el garaje ni entrar en mi coche y además sin mi agenda, que la necesito de inmediato. Fan-tás-ti-co.

Bien, voy a llamar a mi hermano. Él tiene otra llave.

-Pepe, necesito que me eches una mano. No encuentro las llaves de casa, puedes venirme a abrir?. Si. No, Montse no está… No y Carlos tampoco. Que tampoco puedo venir en coche, que me he dejado las llaves dentro de casa,… Oye, deja de hacer preguntas y ayúdame, vale?. Bien, te espero.

A pesar de los reproches (absolutamente fundados) mi hermano jamás me falla.

Han pasado 10 minutos llega, deja el coche en marcha y me abre la puerta.

-Gracias Pepe, no sabes el favor que me has hecho.

Entro en casa y tampoco veo las llaves, voy al comedor y ahí, encima de la mesa la agenda y las llaves encima. Tiene guasa.

Bien, voy a buscar la dirección de mi amigo de la escuela, seguro que la tengo. He de comunicarme con él, mmmh, vamos a preparar una fiesta sorpresa y,… vaya,  hombre!!! No la tengo.

Qué hago?

Claro, en internet!!. Y donde busco?, claro en el Google!!!,… pues no está solo aparece en un documento de unas elecciones de hace años y sólo indica en qué ciudad está. Con eso no es suficiente.

Buscaré en el Facebook… buscador de amigos… nombre y apellido… Vaya, 23. Y no dice de que ciudad son. Miro sus amigos… nada, no lo relaciono.

Y ahora suena el teléfono. Estoy de pega.

-Si, dime!... la leche!... Jaime?, cuánto tiempo!, necesitaba hablar contigo!...

Lo que son las cosas.

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