
Del dificil caminar sin saber atajos.
De la observación de lo que ocurre, sin consejos.
De no tener, por imposible, quien te riña.
De envidiar a quien lo tiene
soportándome las preguntas a mi mismo,
no se si en forma de rezo o de queja.
Preguntándome por qué,... por qué a mi.
Han pasado muchos años de sinriñas,
de sinatajos y de sinconsejos,
y es posible que haya quien ose cuestionar
el por qué de mis preguntas después de tanto tiempo.
Y no sabré contestarle.
Porque por no saber no sé ni eso.
Que por no entenderlo
no sabré encontrar ni razones suficientes.
Por propuestas de respuesta que yo intuya,
poco sabias y cabales van a ser,
y poco lúcidos y enteros sus relatos
para encontrarle a todo explicaciones.
Seguiré con su retrato,
preguntándome que haria él en ese instante
en el que la duda necesita de las vivencias de un vivido,
y la sabiduria de un sabio en años y experiencias.
Seguiré recordando a mi padre.
que la muerte le alcanzó a edad temprana
sin tiempo de ejercer su papel conmigo y mis hermanos.
Y seguiré con mis preguntas.
Añoro tenerlo. Le extraño.
1 comentario:
Francesc, aquesta poesia és molt bonica. Casi que ploro i tot...
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