03 abril 2013

Sigo sin oírte.


He levantado mi vista hasta las nubes
y he buscado tus alientos entre ellas.
He observado mucho rato tus señales
y no he visto nada que indicara tu consejo.

He querido rubricar tus enseñanzas,
encontrando señales de esperanza;
pero no he visto ni oído nada nuevo
que me indique o me muestre tu llamada.

Sigo sin entender lo que me gritas,
sigo sin encontrar caminos ni sendas.
Sigo sin entender lo que me gritas
y sé que me gritas y llamas.

Me gustaría entender lo que pasa,
no me gusta intuir sin ver nada
y sé que tus gritos me alcanzan
porque intuyo tus ruidosas miradas.

Lo entendería mejor sin duda
si vinieras de frente y me miraras,
si con tu voz me contaras
si me alcanzaras con tu mano.

Pero por lo que veo no será.
Por lo que intuyo, deberé andar solo.
Por lo que siento deberé descubrirlo
y tu sólo me observarás.

Confío en tener la confianza
que he de tener en mi mismo.
Localizar y escoger los caminos
por los que andaré a paso firme

Y si me equivoco otra vez
otra vez empezar de nuevo.
Y si oigo tu voz que así sea
pero que sea antes y no después.   

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