18 julio 2008

Déjame en paz.

El secreto a voces al que me invitas
es difícil esconderlo y hacerlo sordo.
Es extraño a priori que me elijas
porque no tenemos nada compartido.

Es extraño, suena raro, que me llames.
Me horroriza haber pensado que es sincero
el rictus de tu boca con sonrisa
y el abrazo por correo que me expones.

Créeme que no es fácil entenderlo,
ni tener la certeza mas sincera,
ya que poco sinceras y poco ciertas
han sido hasta ahora tus verdades.

¿Cómo puedo yo creer lo que me dices?
¿Cómo puedo yo decidir todo lo cierto?
¿Cómo puedo escuchar lo que me expones?
¿Cómo puedo dar por bueno tu discurso?

Si es secreto: ¡es secreto!... ¡No me jodas!
Si no ha de ser público ¡és privado!
¿Cómo te atreves a contármelo a mi y compartirlo?
¡Si ya te digo que es extraño y no me fío!.

Deja ya de de acercarte con mentiras.
No me estropees mi trabajo y mis sentidos,
que si algún valor me queda en mi bolsillo:
será tan sólo para expresarte mi desprecio.

Y olvídate del sinsentido de encontrarme,
que el perdón y el corazón son piedras duras,
y después de todo lo que has hecho
Te perdono, pero borro ya con ello el conocerte.

No hay comentarios: