Me reconcilio conmigo.
Conciliar la realidad y las creencias
es cuestión que turba mentes y conciencias,
y no hay ciencia que lo explique.
Me encuentro en el trayecto
a medio camino de todas partes,
con todo por hacer y entender,
con mucho escrito y ya certero.
Me siento vivido e inconcluso,
creyendo con firmeza que camino
por sendero abierto e iluminado.
Por camino andado por otros.
Y me reconcilio conmigo
sabiendo que presumo de lo andado,
aunque queda mucho por vivir
y estoy a medio camino de todo.
Miro a todas partes y me oriento.
Debo pensar en lo que queda por delante
sin dejar a un lado lo que sé.
Anotándolo todo por si acaso.
No me sorprende la aventura
porque está unida a cada paso,
a la sorpresa constante de la vida,
a la realidad de lo vivido.
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