16 febrero 2003

Pan (Jaque)

NO SOLO DE PAN.

Hoy, al parecer iba a ser un dia como cualquier otro. De aquellos, en los que no haces otra cosa que ajustarte a tu agenda. Mi mujer, me ha despertado una vez estaba lista para ir a trabajar. Inmediatamente, me he puesto en pie. Con los ojos entumecidos y esa cara característica de las mañanas, donde la ojeras están muy por encima de lo usual. Me he lavado la cara, me he afeitado, e inmediatamente me he metido en la ducha. Casi seco me he vestido, he cogido mis papeles y mi bolsa de trabajo y me he dirigido al coche. He sacado el coche del garaje, e inmediatamente y como por arte de magia, me he despertado sentado en el bar de siempre, tomando un café, frente al periódico. Siempre soy el que estreno el periodico cada mañana en el bar.

He visto las noticias de siempre. Que si Bush y su megalomanía, que si Aznar en sus trece, … que si los dictadores de siempre enseñan los dientes,… las disputas de siempre entre los resultados deportivos y las psiconoticias de sus directivos,… que si los manifestantes fueron unos pocos miles (según unos), que si fueron mas de un millón por ciudad (según otros),…

En realidad las noticias y los sentidos de siempre.

De vez en cuando descubres alguna noticia, de aquellas de agencia, que los periodicos se limitan a transcribir sin demasiadas opiniones, que evidentemente después van a ser aquellas que debes saber, para tener algo que comentar y romper con aquellas discusiones del día que te desvían de lo mas corriente, que en realidad es trabajar, y ver a tus clientes de siempre.

Realmente, te descubres a ti mismo y tu insignificancia al ver que tus variaciones van a ser las de siempre… pocas.

Una mañana de lunes absolutamente habitual, en la que hablas con tus interlocutores de cosas triviales para romper el hielo “que has hecho este fin de semana”, “Ha hecho frio eh?”, “¿viste el partido?”, “Mierda de lunes”, “…”, el resto del dia empieza al justificar tus respuestas, y meterte en tu uniforme de lo de siempre, y trabajar –maldita sea- para cobrar a final de mes –joder-.

Al mediodía procuras no comer solo. Está claro, que trabajar a mas de cincuenta kilómetros de casa, te obliga a jugar con la imaginación y disponer de soltura suficiente, como para encontrar con quien hacerlo. En cualquier caso comes en un barucho de 7 u 8 euros el menú, en el que escoges entre tres platos de primero y tres de segundo, entre los que seguro que alguna se ha acabado. Casi siempre bebo agua. Un café descafeinado de máquina con sacarina.

Empezar la tarde se me hace cómodo, porque honradamente, tengo un trabajo que me puedo permitir empezar de inmediato, sin esperar que abran ningún establecimiento ni nada. Por lo tanto, empiezo de inmediato, Casi siempre a la hora y media de haberme decidido de adónde y con quién voy a comer, me encuentro de nuevo trabajando.

La tarde sigue siendo igual que cualquier otra. Ver dos o tres asuntos, repasar la agenda, para ver si me he dejado algo por hacer, y por la tarde, sobre las siete, de vuelta a casa. Cincuenta y tantos kilómetros, guardar el coche, entrar en la habitación del ordenador, ponerlo en marcha, cambiarme de ropa, abrir el correo electrónico, descargar tropecientos mensajes de la comunidad virtual, guardar los asuntos interesantes, repasar los asuntos del día, los del día siguiente, y respirar un poco.

Normalmente me encuentro a mi mujer en casa. Si es así nos saludamos y ella continua con lo que está haciendo, y me permite que yo haga lo de siempre.

Está claro –evidentemente dependiendo de los acuerdos de pareja- que nosotros nos repartimos el quién hace la cena, o quien friega los platos, aunque hay asuntos que sin que estén pactados cada uno los tiene asignados, por lo que dentro de la rutina diaria, se han de tener en cuenta estos asuntos y no descuidarlos.

De un tiempo a esta parte, y teniendo en cuenta los imprevistos –que han sido muchos- (un susto de salud, que he prometido hacer cosas que se escapan a lo habitual, y que me he propuesto adelgazar), hemos decidido cambiar un poco y sorprendernos. Hemos ido al teatro. Hemos ido a cenar con unos amigos que hacía tiempo que no veíamos. Hemos decidido acudir a una fiesta de cumpleaños. Hemos ido a un local a tomar unas cervezas después de cenar. Me he tomado un tiempo diario para escribir. A mi mujer le ha vuelto a interesar el manejo del coche. Hemos ido a la mani del NO A LA GUERRA. Nos hemos puesto de acuerdo en temas muy importantes para nuestro futuro a medio plazo. Hemos pensado en los demás. Nos hemos paseado por la ciudad.

Y sabeis qué… me siento mejor.

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