20 diciembre 2010

Una historia de Navidad

No había día que no mirara por la ventana, cuando se acercaba Navidad.

Los días fríos, el paisaje lleno de tonos dorados, por las hojas, los adornos de las Fiestas, ...

Las noches también eran más oscuras, como si todo invitara a tener luces encendidas, y decorar con iluminaciones de capricho, las calles y las casas.

Siempre ha sido evidente, que estas Fiestas son para disfrutarlas con la familia, y que veremos a todos aquellos que durante el año nos cuesta reunirnos, y recordaremos a quienes nos han dejado, o aquella Navidad que hicimos algo diferente, ...

Se mezclan sentimientos de todos los colores y de diferentes brillos, como si fuera el momento de repasar todo lo que ha sido no sólo el último año, sino todos los años que recuerdas, situándolos en el mismo día. Observando los cambios.

Recuerdo que una vez en casa, me hicieron subir a una silla y me hicieron recitar unos versos que había aprendido en la escuela, ...
 
La noche de Navidad, es noche de alegría; el niño de María ha nacido en el Portal
Para que duerma esta noche santa, su Madre le canta: "Non, non, la non non".
Pastores del Portal venid a verlo, venid a adorarlo, la noche de Navidad.
Más, ¡ah!, Si quereis ver su sonrisa, venid de puntillas parta no despertarlo.

... Y la vergüenza que pasé, y las caras sonrientes de papá y mamá, los abuelos, los tíos. Mientras mi hermano se escondía detrás del delantal de la abuela que dejó lo que estaba haciendo para formar parte de ese auditorio de caras agradecidas.

Y aquella mesa bien puesta, con el mantel de fiesta, con cubiertos y vajilla que sólo se utilizaban en contadas ocasiones.

Recuerdo que en un lado del comedor, estaba el "tió" tapado con una manta marrón de cuadros. Cada noche, cuando íbamos a dormir, le poníamos fruta, pasas, higos, nueces, avellanas y recuerdo que una vez incluso un hueso de jamón, que en una noche se lo zampó entero.

La víspera de Navidad, mis padres, mis abuelos y mi hermano pequeño, cenábamos juntos y abríamos turrones y golosinas y cantábamos villancicos. Era una verdadera noche de familia.

Recuerdo que en casa teníamos una TV en blanco y negro que sólo hablaba en español, y daban historias de Navidad y se cantaban villancicos.

Era cuestión de ir a dormir temprano y esperar al día siguiente, que venían mis tíos  a comer y que el "tió" de su casa había dejado algo para nosotros. Casi siempre se trataba de comida, de bebidas y cosas así, pero de vez en cuando también nos traía algún juguete para esperar a que vinieran los Reyes.

El día de Navidad, era muy largo. Empezaban a llegar los invitados a las 12 y cuando ya era de noche, hacíamos el "resopó" sin dejar la sobremesa.

Una comida donde no faltaba nada: Sopa de galets gigantescos, cocido con pollo, gallina, mollejas, tocino, codillo, pelota, zanahorias, patatas, col ... Después asado, acompañado de ciruelas, piñones y manzana frita. Y turrones y dulces de todas clases.

Y recuerdo que en casa se hablaba de todo, de política, de trabajo, de las novedades y chismes, alrededor de la mesa, la cocina y el "tió", que un año más había hecho su trabajo, después de haberlo vapuleado con una maza:

"Caga tió, de avellana y de turrón, saca vino blanco que son fiestas de Navidad.Ahora vienen fiestas, fiestas gloriosas, comeremos turrones, pollos y capones "

Y a levantar la mantita que lo cubría encontrábamos de todo, incluso carbón de azúcar.

Las Fiestas de Navidad, las más familiares de todas. Recuerdos de todas clases.Sentimientos a flor de piel.

1 comentario:

Nina Montes dijo...

Lindo blog, siempre un placer su lectura
Espero le guste el mio, soy primeriza
http://nostalgiatardia.blogspot.com/