24 junio 2003

Tedio (Jaque)

Carta abierta al innombrable.

Hola amigo,

No me queda más remedio que escribirte esta carta. Hace ya días, que me tienes de lo más preocupado, por el sinfín de advertencias que te he lanzado en los últimos meses.

Parece ser que no atiendes, y que no estás en el estado de ánimo que me gustaría encontrarte. He de reconocer, que a veces, necesito estar contigo, por muchos motivos, pero sobre todo, como una forma de desconectar ambiciosamente maligna. Por eso te sigo llamando amigo. Porque a veces me eres de lo mas necesario.

De todos modos, últimamente, ya te he advertido que no me interesa para nada tu compañía. De hecho, creo que ya has podido observar, el montón de asuntos y de personajes que entran y salen en mi vida, causándome el mayor de los placeres, al llenar mis días uno tras otro, sin posibilidad alguna de que me acuerde de ti.

No creo que me llames cruel por todo ello, lo que si debes entender, es que a veces, me interesas, y muchas otras no. He de confesarte que eres realmente un refugio para mí, en momentos en los que necesito desconectar. Creo que los italianos te describieron en una de tus mejores acepciones domo el “dolce far niente”, pero la verdad es que en la peor de las locuras, que es cuando realmente entras en el peor de tus disfraces, realmente te puedes hacer insoportable, y ayudas a añorar las horas de locura y desenfreno.

Mi ocurrencia al escribirte, es por un lado, para justificar mi comportamiento contigo, ya que te he dejado de lado, y creo que no va a ser posible que nos veamos, al menos no tengo interés alguno en ello, en los próximos meses y si es posible, años.

También es cierto, que necesitaré tenerte cerca, aunque sin que yo me entere, no sea que en un momento determinado, necesite de tus servicios. Llámame egoísta si quieres, pero las cosas son así.

Reconozco sinceramente, que cuando te necesito, no dudo ni un instante en acurrucarme en tu regazo, y pasar horas con la mirada vacía, como escudriñando en el mas oscuro de mis interiores, en la certeza de que encontraré motivos suficientes para justificar mi actitud contigo en ese instante.

De todos modos, sabes que eres un invitado mal recibido, y que en general la gente no tiene un buen concepto de tu forma de ser. A pesar de todo ello, sigo diciéndote, que en tu vertiente más consciente, eres de lo más necesario. No dudes que formas parte de mi vida, y que mis sensaciones no serían nada si no te hubiera conocido.

Pero ahora, en este momento, cuando todas las cosas que rodean mi vida en todos los sentidos, han dejado de ser de lo mas rutinario, y en cambio ejercen en mi una sensación vital, casi arrogante con la vida, como comprenderás, quiero que no se note que te conozco, y sencillamente, quiero que desaparezcas, aunque sea aparentemente de mi vida mas inmediata.

Por todo ello, y en la manifestación más infinita de mi aprecio por el hecho de habernos conocido, amigo tedio, te pido que te alejes de mí.

Recibe un cordial saludo.

No hay comentarios: