08 agosto 2003

Lunes (Jaque)

Once (o doce (o trece)) lunes

Casi todo empieza por el principio. Incluso las ideas mas geniales –o los reinventos mas famosos- empiezan en cualquier desajuste, y se reconduce al principio para no dejarse nada. Y esto, claro, debía empezar por lunes.

Terrible. Palabreja que proviene de LUNA, que para mí es uno de esos símbolos que subliman la noche y estimulan cualquier reunión humana de dos o mas. Incluso diría que las reuniones que uno tiene consigo mismo. Y me parece terrible, que teniendo en cuenta que LUNA me gusta, el lunes no tanto.

Y es que los mecanismos inconscientes, són invulnerablemente duros y lastrosos. Los definía un autor teatral, como exhabruptos condicionales del saber onírico, que son melísimas de las coyunturas anímicas, de tal modo, que el ejercicio de un albedrío ecuánime, jamás permitirá privilegios circunstanciales, ni tan sólo el de un domingo frente a un lunes.

Pero está clarísimo, el lunes es un raro aspecto subconsciente, que depende de lo que nos espere, nos parece bien o mal.

Unos –pocos- dirán, “acabemos con los domingos”… no, no, no, de ningún modo. El cruel contraste entre un día y otro, da ese extraño perfume de… de… de… LUNES a los lunes. No se puede hacer eso.

Y puedo incluso intentar convencerme de que el lunes es ese día, en el que pones en marcha la internetnología y te encuentras desparramado en los textos y llamadas de atención, y enlaces, y fotos, y botones, y microrevistas, y cibertextos, y pixelmanías, y…, apilado entre los mensajes mas vivos de la red. Sobre todo quien hemos hecho de estar en según qué comunidad un privilegio.

Me gustaría encontrar la forma de transmitir en palabras escritas, un grito. Un verdadero grito. De los que dejas el cuello y parece que la afonía pueda llegar a aparecer sin remedio. De los que el aire lo puedes aguantar un montonazo hasta soltar el placer del grito mas desesperadamente fuerte y claro que se pueda oír desde el lugar mas alto del punto mas alto de la ciudad. Justo después de ese grito, está el lunes.

Y verdaderamente, y sinceramente es difícil entenderlo –para mí- como algo especialmente bueno. El lunes no es bueno… que no.

Las convicciones son elementos adheridos a tu estratégia general como persona, y es evidente que resulta dificil ir en contra de algo que relmente te crees como parte de tu forma de ser y de entender las cosas. Lo de los lunes es parecido. Y la verdad no sé si está en el mundo de las convicciones o en el mundo de las estupideces –que a veces no está tan claro qué es qué- aunque en cualquier caso, a mi me resulta dificil distinguirlo –¿seré un estúpido o un tío de convicciones?... joder que putada-

No hay duda que a la masa… al populacho, nos gusta disfrutar de hasta incluso los lunes, con sus cosas, los martes, con las suyas, los miércoles, con sus temas, los jueves con lo suyo, los viernes con ya se sabe, los sábados con no se sabe qué, y la tristeza de los domingos con sus horas y todo eso.

Y analizando mi análisis sobre el lunes no me queda ninguna duda: me he convertido en una momia… joder.

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