09 marzo 2003

Escuela (Jaque)

Te pasas la vida aprendiendo. No sabes muy bien qué te prepara cada recodo de cada segundo de cada minuto de tu vida. En cualquier caso, todo aquello que ocurre, lo almacenas en tu almacén de recuerdos y vas asimilando cada cosa aprendida, con otras de parecidas, hasta conformar lo que le podríamos llamar “la experiencia”.

En cualquier caso, la experiencia no es otra cosa que la consecuencia de un aprendizaje constante.

Hay gente que hace 20 años que trabajan en algo, y se creen poseer la experiencia de veinte años. De hecho, si el primer año no han aprendido bien aquello a lo que se enfrentan a diario, puede ser que lo que les ocurra, es que hayan repetido veinte años seguidos un trabajo mal hecho desde un principio.

Para que eso no ocurra, es absolutamente necesario, convertirte en un apasionado de todo lo que ocurre, todo lo que pasa, todo lo que hay, todo lo que se ve, y lo que no se ve. Es imprescindible, obtener de tu organismo la disciplina de abrir lo poros y los órganos capaces de ser receptores sublimes de todas las sensaciones y hechos que ocurren a nuestro alrededor, o de los que podemos estar informados.

También puede ocurrir, que si no somos capaces de cuestionar constantemente lo que ocurre alrededor, puede ser que nos estemos quedando tan solo con una mala versión de lo que ocurre. Estamos rodeados de ejemplos.

Obviar, no explicar, maquillar una noticia, o justificarla, siempre significa que de un modo u otro te mienten.

Los medios de comunicación, están jugando un gran papel en la interacción, la información y la globalización de nuestro planeta. Lo que ocurre ahora, en veinte minutos puede ser comunicado a cualquier punto del planeta, y ser transferido a tus sentidos, con lo que de inmediato creará un nuevo archivo en tu memoria, que se almacenará en la carpeta adecuada.

Aunque puede que esta información no llegue del mismo modo a nadie.

Geográficamente, puede que llegue distorsionada, y con poca objetividad, ya que no se limitarán a transmitir una información escueta, sino que será lavada, centrifugada, tendida, planchada y se le dará el uso que se requiera para que el receptor la entienda como ellos quieren.

Está claro que el receptor, dependiendo de su capacidad de filtro, que coincide con su capacidad de cuestionar y poner en duda, la entenderá tan fácil como la reciba o bien la cuestionará, y la contrastará, en la medida que sea capaz y tenga los medios de hacerlo.

De hecho, mi relato, no pretende otra cosa que explicar lo que es obvio. La mejor escuela, es la que prepara las carpetas. Los archivos es cosa nuestra.

La mejor escuela, es la que nos prepara para discernir, desmenuzar y analizar cada uno de los componentes de una noticia que llega a nuestros sentidos. Ver si hay “virus”, o está sesgada, o es una información manipulada. Se trata de saber si se trata tan sólo una información o bien una versión.

Y aquí es cuando es necesario empezar a recordar cosas versionadas. Por ejemplo el concepto de “guerra preventiva”. O lo de “nacionalismo constitucional” . O lo de “interés general”. O bien lo de “salvar el mundo”. O yo soy el que “tengo la verdad”.

Es evidente, que para inventar nuevos conceptos, que pretenden ser nuevas “carpetas” que intentan instalarse en tu cabeza, se ha de tener algo mas de imaginación.

A pesar de todo, sigo pensando que hay un alto número de personas, que han decidido creerse a según qué o quién, y también han decidido entender que lo diga según quién o qué medio, no puede ser verdad.

En el momento en el que la criba es así de sencilla, se cae en el error que decidan por nosotros, qué es bueno y qué es malo. Por lo tanto acabamos de ser vilmente manipulados.

En mi primera semana como universitario, un profesor, habiéndonos reunido a todos los novatos en el aula magna de la facultad de económicas de la UB, nos dio un discurso que no se me ha olvidado. Nos contaban, que realmente lo mejor que podía ocurrirnos con los estudios universitarios, era que nos dejara organizadas las “habitaciones” de nuestro cerebro, y situar en ellas, los “muebles” precisos. Lo que hiciéramos después con nuestra vivienda, era cosa nuestra, su decoración también. Y también era cosa nuestra si dejaríamos entrar fácilmente o con dificultad en ella.

No hay duda que en nuestro propio interés debemos ser receptivos a todas las informaciones. Debemos ejercitar y entrenar nuestras capacidades de reflexión, y procurar ser lo mas objetivos posibles. Con todo ello, seremos capaces de tener nuestro propio criterio ante las informaciones –constantes- que nos llegan (incluso a veces nos agreden) a nuestro cerebro.

La evidencia indica, que nunca sabremos lo suficiente como para acertar, pero está claro que es mejor reflexionar, que no quedarse con la primera noticia.

En la escuela de cada día, cuando se analiza en profundidad cualquier tema y se obtiene una reflexión propia, si nuestra pretensión personal, consiste en encontrar nuestra propia verdad, es evidente, que no se acepta en modo alguno que nos “lleven al huerto”.

NO A LA GUERRA

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